BITÁCORA MÁGICA
***
Las entradas del diario se van borrando, pasados tres días.
Si quieres tener acceso a la bitácora, suscríbete para recibir mis escritos piratas en tu correo y ser parte de la tripulación.
***
Las entradas del diario se van borrando, pasados tres días.
Si quieres tener acceso a la bitácora, suscríbete para recibir mis escritos piratas en tu correo y ser parte de la tripulación.
28/06/25
Sin orden no hay paraíso
Sin orden no hay paraíso
El orden.
En tu vida has de poner cierto orden.
El orden es cierto.
Es requisito de vida.
Y también es cierto que ha de ser “cierto” orden. Sobretodo si te dedicas a crear una vida propia, y no una vida prefabricada modelo Burger King.
¿Qué signfica esto?
Que has de conocerte bien. Y has de saber qué tipo de orden es para ti. Y eso también puede llevar su tiempo, no creas. Pues cada persona es un mundo.
Esa patraña de que tienes que estar bien adentro para que el afuera lo refleje es sólo una parte de la verdad, y como lo conviertas en una verdad absoluta se volverá mentira. Porque no lo es. Es una parte del misterio. Pero no te agarres a salvavidas mentales para no hacer el trabajo sucio…
Los cambios con consciencia que lleves a cabo en el mundo “exterior”, en tu vida, tendrán un impacto en tu interior. Poner orden, estructura y sistema en tu vida te ayudará. Las naves no van a la deriva; hay un orden que permite que el viaje se sostenga en el tiempo. Y lo mismo si gestionas equipos humanos; una de las tareas más misteriosas en la era líquida del compromiso. De hecho, yo la llamaría ya “era gaseosa”, si me lo permite Zygmunt Bauman. Y es que todo se acelera, pero el culo humano no se ha vuelto luz. Es la paradoja, mi querido aprendiz.
Hay mapas externos y mapas internos. Y para encontrar el tesoro, has de convertirte tú mismo en el capitán o la amazonas de esta poderosa aventura. Y has de establecer un orden.
Has de conocer los principios de todo orden.
Y adaptarlos a ti.
Has de hacer que el orden y el “caos” sean amigos.
Así que lo siento si esto de hablar de “orden” te hace sarpullidos. Soy del todo consciente de que es un palo… Pero sin orden, no hay proyecto ni nave que llegue lejos.
Sin orden no hay paraíso…
En tu vida has de poner cierto orden.
El orden es cierto.
Es requisito de vida.
Y también es cierto que ha de ser “cierto” orden. Sobretodo si te dedicas a crear una vida propia, y no una vida prefabricada modelo Burger King.
¿Qué signfica esto?
Que has de conocerte bien. Y has de saber qué tipo de orden es para ti. Y eso también puede llevar su tiempo, no creas. Pues cada persona es un mundo.
Esa patraña de que tienes que estar bien adentro para que el afuera lo refleje es sólo una parte de la verdad, y como lo conviertas en una verdad absoluta se volverá mentira. Porque no lo es. Es una parte del misterio. Pero no te agarres a salvavidas mentales para no hacer el trabajo sucio…
Los cambios con consciencia que lleves a cabo en el mundo “exterior”, en tu vida, tendrán un impacto en tu interior. Poner orden, estructura y sistema en tu vida te ayudará. Las naves no van a la deriva; hay un orden que permite que el viaje se sostenga en el tiempo. Y lo mismo si gestionas equipos humanos; una de las tareas más misteriosas en la era líquida del compromiso. De hecho, yo la llamaría ya “era gaseosa”, si me lo permite Zygmunt Bauman. Y es que todo se acelera, pero el culo humano no se ha vuelto luz. Es la paradoja, mi querido aprendiz.
Hay mapas externos y mapas internos. Y para encontrar el tesoro, has de convertirte tú mismo en el capitán o la amazonas de esta poderosa aventura. Y has de establecer un orden.
Has de conocer los principios de todo orden.
Y adaptarlos a ti.
Has de hacer que el orden y el “caos” sean amigos.
Así que lo siento si esto de hablar de “orden” te hace sarpullidos. Soy del todo consciente de que es un palo… Pero sin orden, no hay proyecto ni nave que llegue lejos.
Sin orden no hay paraíso…
27/06/25
Todo empieza con tu mapa mental
Todo empieza con tu mapa mental
Cuando alguien nombra la palabra “dinero” mi imaginación encendida suele ver la lagartija llamada “Dinero”, que rescatan los niños de aquella brutal película “¿Qué he hecho yo para merecer esto?”, del brillante Pedro Almodóvar. ¡El gran Almodóvar de los primeros tiempos, cuando el humor era una carcajada de realismo social a lo bestia mezclado con cultura pop y esa cosa medio cutre medio punk tan nuestra: la movida!
No sé si la recordaréis… Esa Carmen Maura que mata al marido con una pata de jamón que es puro hueso, de pobres que son… en un ataque de nervios para defensarse del maltrato constante. Pues en ese infierno de barrios bajos y periferia, el “dinero” es un bicho que cogen de la calle.
Y es que cada “talego” cuenta.
Muchas personas denostan el dinero. “¡Qué materialistas, quienes piensan en el dinero!”. Hubo una época en la que pensé así… Te juro que me lo creí. Y me lo creí quizá porque venía de clase humilde y los pobres odian a los ricos. Pues si son ricos… “por algo será”.
Esa envidia encubierta, esa desconfianza en quien tiene fortuna y la sabe administrar y ganar, es un bicho que hay que transformar en admiración. No todos los ricos son corruptos, y no todos los pobres son humildes.
De hecho, la arrogancia espiritual de la humildad, del creerse superior al rico por aquello de ser pobre pero “honrado” siempre ha planeado sobre el mensaje de la pobreza. Hay una especie de romanticismo nostálgico en la pobreza. El pueblo es pobre pero honrado. Inculto pero noble.
La realidad me ha hecho entender que eso son solo ideas. La pobreza no ennoblece el corazón del ser humano. Los valores nobles sí.
Del mismo modo, he visto a comunistas muy comunistas ser lo menos comunistas en la práctica. Y lo mismo con otros ideólogos de esto y de aquello. No hay congruencia. Y si no hay congruencia todo lo demás es un gran pedo. Mucha hipocresía. ¿Te suena, tripulante?
Todo debería estar dispuesto para que seamos capaces de crear riqueza. En este mundo cabemos todos. Y es en la capacidad de crear riqueza que podemos prosperar y hacer prósperos al mundo.
Pero, ¿cómo se crea la riqueza?
¿Y si la riqueza consistiera en liberar tu espíritu creativo y entender las reglas del juego?
Mapas.
Mapas.
Mapas.
Todo empieza por tu mapa mental…
No sé si la recordaréis… Esa Carmen Maura que mata al marido con una pata de jamón que es puro hueso, de pobres que son… en un ataque de nervios para defensarse del maltrato constante. Pues en ese infierno de barrios bajos y periferia, el “dinero” es un bicho que cogen de la calle.
Y es que cada “talego” cuenta.
Muchas personas denostan el dinero. “¡Qué materialistas, quienes piensan en el dinero!”. Hubo una época en la que pensé así… Te juro que me lo creí. Y me lo creí quizá porque venía de clase humilde y los pobres odian a los ricos. Pues si son ricos… “por algo será”.
Esa envidia encubierta, esa desconfianza en quien tiene fortuna y la sabe administrar y ganar, es un bicho que hay que transformar en admiración. No todos los ricos son corruptos, y no todos los pobres son humildes.
De hecho, la arrogancia espiritual de la humildad, del creerse superior al rico por aquello de ser pobre pero “honrado” siempre ha planeado sobre el mensaje de la pobreza. Hay una especie de romanticismo nostálgico en la pobreza. El pueblo es pobre pero honrado. Inculto pero noble.
La realidad me ha hecho entender que eso son solo ideas. La pobreza no ennoblece el corazón del ser humano. Los valores nobles sí.
Del mismo modo, he visto a comunistas muy comunistas ser lo menos comunistas en la práctica. Y lo mismo con otros ideólogos de esto y de aquello. No hay congruencia. Y si no hay congruencia todo lo demás es un gran pedo. Mucha hipocresía. ¿Te suena, tripulante?
Todo debería estar dispuesto para que seamos capaces de crear riqueza. En este mundo cabemos todos. Y es en la capacidad de crear riqueza que podemos prosperar y hacer prósperos al mundo.
Pero, ¿cómo se crea la riqueza?
¿Y si la riqueza consistiera en liberar tu espíritu creativo y entender las reglas del juego?
Mapas.
Mapas.
Mapas.
Todo empieza por tu mapa mental…
26/06/25
Al loro con el oro
Al loro con el oro
¿Dónde está el oro?
¿Y el dinero?
Para muchas personas, criadas en un sistema que no educa en absoluto en la libertad (tampoco la financiera), el tema del dinero es crucial. Quizá por eso proliferan a día de hoy gurús por todas partes hablando de lo mismo: la abundancia. ¿Cómo atraer la abundancia?
Verás, atraer lo que se dice atraer tiene una parte metafísica, y funciona con ejercicios de visualización, afirmación, etc. Pero para poder encarnar eso que quieres atraer has de convertirte en eso mismo. Y eso significa… ¡ponerte manos a la obra! Es decir: tomar decisiones y tomar acción. Trabajar en crear riqueza y saber administrarla y hacerla girar para tu bien y el mayor bien del mundo.
La relación que tenemos con el dinero, como con el sexo o el poder, depende en gran medida de lo que vivimos en casa. Con papá y mamá, que fueron los comandantes de tu barco en la infancia. Y luego, más tarde, en la escuela, los medios de comunicación, la ideología política, la religión, la academia, etc.
¿El dinero es bueno o malo?
Pues lo creas o no, tripulante, el dinero es absolutamente NEUTRO.
Ni es bueno ni es malo; lo que sí será bueno o malo será tu relación con él. Y hablo de relación porque en ella se apreciarán las “ideas” o “creencias” subconscientes que tengas sobre el dinero. Es decir: ¿qué guión de vida mueve los hilos del títere que no tiene libertad?
Imagina por un momento que uno de tus padres te dijo “toda la vida trabajando para morir pobres”; y otro “el dinero de un rico no puede estar limpio”. Si observas bien estas “perlas” (por no llamarlo veneno, directamente), son anclajes psíquicos para el niñ@ que fuiste. Básicamente te introdujeron dos ideas: a) de nada sirve que te deslomes, morirás igual de pobre (resignación; eres un animal de carga); b) la riqueza se gana sólo con acciones turbias; el dinero corrompe.
¿Son verdad? No. Son creencias. Tú sabrás si las conviertes en una verdad desde la que pilotar tu nave o si decides quemarlas en la hoguera de San Juan y lanzar las cenizas por la borda.
En todas las familias se preescriben brebajes de este tipo… “El dinero es malo”.
Pero lo repito, pececillo: eso es una “moñiga mental”. El dinero NO tiene una cualidad moral. La moral depende de la persona; y del uso que hace de la herramienta en cuestión. Esto es: el capital. El oro del cofre.
Las moñigas mentales, ideas que uno asume sin cuestionar nada, son ruido. Y hay que desparasitarse bien de tales cadenas. Verás, desde muchas tribunas se nos ha enseñado que el dinero es malo.
Por ejemplo, para los cristianos el voto de pobreza es un símbolo de “espiritualidad”. De estar más cerca de Dios. Pero eso es falso. La espiritualidad tiene que ver con la gracia de Dios; y no creo que Dios sea tan cabrón como para quererte pobre en un catre, explotado toda tu vida. Y pidiendo.
Lo mismo podemos decir de algunas tribunas antisistema que hablan de renunciar al capitalismo, cuando el capital y el comercio han demostrado ser un avance en la historia de la Humanidad, pues aportan valor y protegen el intercambio. (Otra cosa son las distorsiones que “algunos” crean al acumular mucho poder y someter a otros.)
Entonces, en el día de hoy, pregúntate por las ideas que tienes acerca del dinero.
El cofre del tesoro está en la mente.
Y en nuestra tripulación valorarmos hackear todo parásito mental.
A partir de hoy, recuerda:
tu mente es oro puro.
Por lo tanto, vigila tu boca
y cada hechizo que se deslice en tus labios.
En el oro no se caga el loro.
Al loro con el oro.
¿Y el dinero?
Para muchas personas, criadas en un sistema que no educa en absoluto en la libertad (tampoco la financiera), el tema del dinero es crucial. Quizá por eso proliferan a día de hoy gurús por todas partes hablando de lo mismo: la abundancia. ¿Cómo atraer la abundancia?
Verás, atraer lo que se dice atraer tiene una parte metafísica, y funciona con ejercicios de visualización, afirmación, etc. Pero para poder encarnar eso que quieres atraer has de convertirte en eso mismo. Y eso significa… ¡ponerte manos a la obra! Es decir: tomar decisiones y tomar acción. Trabajar en crear riqueza y saber administrarla y hacerla girar para tu bien y el mayor bien del mundo.
La relación que tenemos con el dinero, como con el sexo o el poder, depende en gran medida de lo que vivimos en casa. Con papá y mamá, que fueron los comandantes de tu barco en la infancia. Y luego, más tarde, en la escuela, los medios de comunicación, la ideología política, la religión, la academia, etc.
¿El dinero es bueno o malo?
Pues lo creas o no, tripulante, el dinero es absolutamente NEUTRO.
Ni es bueno ni es malo; lo que sí será bueno o malo será tu relación con él. Y hablo de relación porque en ella se apreciarán las “ideas” o “creencias” subconscientes que tengas sobre el dinero. Es decir: ¿qué guión de vida mueve los hilos del títere que no tiene libertad?
Imagina por un momento que uno de tus padres te dijo “toda la vida trabajando para morir pobres”; y otro “el dinero de un rico no puede estar limpio”. Si observas bien estas “perlas” (por no llamarlo veneno, directamente), son anclajes psíquicos para el niñ@ que fuiste. Básicamente te introdujeron dos ideas: a) de nada sirve que te deslomes, morirás igual de pobre (resignación; eres un animal de carga); b) la riqueza se gana sólo con acciones turbias; el dinero corrompe.
¿Son verdad? No. Son creencias. Tú sabrás si las conviertes en una verdad desde la que pilotar tu nave o si decides quemarlas en la hoguera de San Juan y lanzar las cenizas por la borda.
En todas las familias se preescriben brebajes de este tipo… “El dinero es malo”.
Pero lo repito, pececillo: eso es una “moñiga mental”. El dinero NO tiene una cualidad moral. La moral depende de la persona; y del uso que hace de la herramienta en cuestión. Esto es: el capital. El oro del cofre.
Las moñigas mentales, ideas que uno asume sin cuestionar nada, son ruido. Y hay que desparasitarse bien de tales cadenas. Verás, desde muchas tribunas se nos ha enseñado que el dinero es malo.
Por ejemplo, para los cristianos el voto de pobreza es un símbolo de “espiritualidad”. De estar más cerca de Dios. Pero eso es falso. La espiritualidad tiene que ver con la gracia de Dios; y no creo que Dios sea tan cabrón como para quererte pobre en un catre, explotado toda tu vida. Y pidiendo.
Lo mismo podemos decir de algunas tribunas antisistema que hablan de renunciar al capitalismo, cuando el capital y el comercio han demostrado ser un avance en la historia de la Humanidad, pues aportan valor y protegen el intercambio. (Otra cosa son las distorsiones que “algunos” crean al acumular mucho poder y someter a otros.)
Entonces, en el día de hoy, pregúntate por las ideas que tienes acerca del dinero.
El cofre del tesoro está en la mente.
Y en nuestra tripulación valorarmos hackear todo parásito mental.
A partir de hoy, recuerda:
tu mente es oro puro.
Por lo tanto, vigila tu boca
y cada hechizo que se deslice en tus labios.
En el oro no se caga el loro.
Al loro con el oro.
NAVEGACIÓN
Cada día te enviaré una carta fresca hecha a mano. Nada de IA.
Una carta de mi puño y letra. Una página de mi diario/bitácora mágica.
¿Sabes ya lo que deseas en lo más profundo de tu alma?
DESEO CONCEDIDO
¡Ahora manos a la obra!
El barco está formado por todo tipo de tripulantes. No hay que ser "artista". Pero lo creas o no, tu vida ES la obra artística más maravillosa que puedas crear y ofrecer al mundo. Así que sacúdete la incredulidad. ¡Bienvenid@s a ORACLES!
Cada día te enviaré una carta fresca hecha a mano. Nada de IA.
Una carta de mi puño y letra. Una página de mi diario/bitácora mágica.
¿Sabes ya lo que deseas en lo más profundo de tu alma?
DESEO CONCEDIDO
¡Ahora manos a la obra!
El barco está formado por todo tipo de tripulantes. No hay que ser "artista". Pero lo creas o no, tu vida ES la obra artística más maravillosa que puedas crear y ofrecer al mundo. Así que sacúdete la incredulidad. ¡Bienvenid@s a ORACLES!
ORÁCULOS
¿Y tú quién ERES?
La gran pregunta.
Te invito a sumergirte como una ballena mítica en una experiencia total de transformación.
Un viaje por los mapas de tu alma a través de los cuentos y mitos que reinvento en lo escénico.
Aquí entras a las profundidades del MAR.
HACIA LO DESCONOCIDO...
¡Buen viaje, tripulante!
La gran pregunta.
Te invito a sumergirte como una ballena mítica en una experiencia total de transformación.
Un viaje por los mapas de tu alma a través de los cuentos y mitos que reinvento en lo escénico.
Aquí entras a las profundidades del MAR.
HACIA LO DESCONOCIDO...
¡Buen viaje, tripulante!